Por Torres Luciano, Cavo Mariela, Rayces Mia,
Bonamino Melina y Rios Natalia
Introducción
Hoy asistimos a un conjunto de transformaciones producto del golpe de
estado que ofrece la información en la sociedad del nuevo siglo. En otras
palabras, el paso de la sociedad disciplinaria a la sociedad de control no es
lineal, ya que implica un conjunto de tensiones que impactan en la conformación
de la educación actual.
En esta línea, nos preguntamos ¿Las personas determinan las condiciones
del mundo que habitan? O por el contrario, ¿las condiciones del mundo
determinan cómo habitarlo? Nos posicionamos desde estos interrogante para
aproximarnos a los modos de acercarnos a la educación actual, y desde allí,
profundizaremos sobre el marco de la enseñanza actual.
Sociedades disciplinarias
Aventuramos una posible respuesta a los interrogantes previamente
esbozados: “el soporte técnico determina las relaciones sociales y por ello,
desencadena un conjunto de operaciones para dar respuestas acertadas a las
nuevas condiciones”.
Desde esta perspectiva, las sociedades disciplinarias estarían
conformadas por soportes que se cimientan en la invención de la escritura sobre
diferentes soportes, como lo refiere Michel Serres, el Estado es hijo de la
escritura así como el derecho y la metrópolis. En esta línea, la escritura
implica un conjunto de operaciones que son posibles en lo que Foucault llamó
“sociedades disciplinarias”. En efecto, leer y escribir es posible en
determinadas condiciones, a saber, el encierro donde se disponen una cierta
cantidad de personas sin moverse demasiado durante una cierta cantidad de
tiempo. Los cuerpos dentro de ese espacio parecen obedecer a dos o tres
posturas que se mantienen durante ese tiempo sin cambiar demasiado (moldeado).
Existe un cuerpo que concentra las miradas y a la vez de este cuerpo parece
emerger una especie de centro que mantiene a raya los movimientos del resto de
los cuerpos (vigilancia). Si además de despertar la vista despertamos nuestros
oídos, veremos que ese cuerpo "central" emite palabras constantemente
y que los demás cuerpos sólo hablan como un efecto de reacción (monopolio de
los contenidos). Y si además de despertar los sentidos tratamos de entender qué
está pasando, veremos que al menos ese cuerpo "central y monopólico"
parece ejercer una autoridad derivada justamente de la emisión de esas palabras
(legitimidad), apoyado por un dispositivo visual que refuerza su centralidad
(el pizarrón).
En esta breve descripción, es posible delimitar como la lectura y la
escritura actuó sobre las categorías de espacios, tiempos y cuerpos.
En otras palabras, este es un espacio...